La empresa francesa Poly Implant Prothese (PIP) ha sido demandada ante la justicia de su país por fraude y por estafa a la seguridad social, pues la silicona que usaba para sus productos de prótesis contenía insumos industriales con químicos nocivos posiblemente cancerígenos que representan un peligro si se llegaran a romper. Ante ello, el gobierno francés solicitó a las mujeres que se las quitaran y se comprometió a pagar la extracción. Unas 30,000 pacientes se implantaron estas prótesis.
En nuestro país, según Ricardo Delgado, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, existe un elevado número de personas con silicona industrial en glúteos y mamas. La situación es preocupante pues no se sabe por quiénes habrán sido atendidos, cirujanos plásticos o no, ya que en varios sitios de la capital se ofrece colocar prótesis a bajo costo, lo cual no garantiza la calidad del producto. Tampoco existe información sobre la práctica médica privada, ni siquiera hay un seguimiento sobre las secuelas, lo que parece indicar que las personas tratadas con estos implantes podrían estar corriendo serios riesgos, más ahora si se desconoce quiénes y dónde se pusieron el producto. Frente a este caso las autoridades sanitarias deberían pronunciarse y difundir información para que las pacientes peruanas acudan a buscar una solución.
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